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Soneto XXIII

Comentario

El carpe diem, tomado de una oda de Horacio, es un clásico de nuestra literatura. Destacar en este caso la estructura marcada por el imperativo de noveno verso y por la exquisita utilización de los epítetos.

En este soneto, claramente influenciado por el petrarquismo, Garcilaso de la Vega describe el ideal de belleza femenina en los dos primeros cuartetos, utilizando el tópico denominado "donna angelicata". En realidad se esconde tras el tópico la figura de su amada Isabel Freire (de piel blanca y rosada, mirada apasionada y honesta, ya que es una mujer casada, rubia, cuello blanco y esbelto).  En los dos tercetos se trata el tema del "carpe diem", que anima a disfrutar el presente pues la juventud pasa deprisa.

En tanto que de rosa y azucena

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

Garcilaso de la Vega.

Rostro.

La parte más pura del filón de oro.

Referencia al tiempo, que pasa rápidamente, con ligereza.

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