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Soneto IV.

Comentario

Las paradojas del amor y los distintos estados de ánimo que provoca en el poeta son el tema principal de este poema que podemos dividir en dos partes muy claras. En la primera, constituida por los dos cuartetos, el autor se muestra desolado y lamenta y cuestiona el estado en que se encuentra; en la segunda, constituida por los tercetos, muestra unos ánimos que le harán superar cualquier obstáculo que se oponga a su amor.

Un rato se levanta mi esperanza.

Un rato se levanta mi esperanza
mas, cansada de haberse levantado,
torna a caer, que deja, a mal mi grado,
libre el lugar a la desconfianza.

¿Quién sufrirá tan áspera mudanza
del bien al mal? ¡Oh, corazón cansado,
esfuerza en la miseria de tu estado,
que tras fortuna suele haber bonanza! 

Yo mismo emprenderé a fuerza de brazos
romper un monte que otro no rompiera,           
de mil inconvenientes muy espeso.

Muerte, prisión no pueden, ni embarazos,                    
quitarme de ir a veros, como quiera,                
desnudo espíritu o hombre en carne y hueso.


“Mal mi grado”. Bien a mi pesar. La crítica considera que se trata de un italianismo.

Es un imperativo que el autor utiliza para animarse a sí mismo.

Borrasca o tempestad marina.

Obstáculos

Sin ningún tipo de impedimento, de cualquier modo.

Ojo a este verso porque la adaptación del término “espíritu” a la grafía actual y la no aspiración actual de la h- inicial de “hombre” hacen que parezca que este verso tiene más sílabas de las necesarias. Recordemos que es un poema del S XVI adaptado gráfica y fonéticamente a nuestra época.

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