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Oda a la flor de Gnido.

Comentario

La Canción V, más conocida como “Oda a la flor de Gnido” fue probablemente elaborada por Garcilaso durante su estancia en Nápoles (1532-36). Está dedicada a una dama llamada Violante Sanseverino, hija de un noble, que vivía en un barrio de Nápoles llamado Gnido, y con ella, Garcilaso trata de convencer a la dama para que acepte los “favores amorosos” de Mario Galeota, un amigo del autor que, por el momento, no había logrado enamorar a la dama.

Se trata de una imitación de las odas horacianas, según El Brocense, e inaugura en España el uso de esta estrofa que luego tanto rendimiento tendría a través de San Juan y Fray Luis, básicamente.

Audio

Ditirambo. A través de librivox.com (Dominio público)

Oda a la flor de Gnido

Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento,

y en ásperas montañas
con el süave canto enterneciese
las fieras alimañas,
los árboles moviese
y al son confusamente los trujiese:

no pienses que cantando
sería de mí, hermosa flor de Gnido,
el fiero Marte airado,
a muerte convertido,
de polvo y sangre y de sudor teñido,

ni aquellos capitanes
en las sublimes ruedas colocados,
por quien los alemanes
el fiero cuello atados,
y los franceses van domesticados;

mas solamente aquella
fuerza de tu beldad sería cantada,
y alguna vez con ella
también sería notada
el aspereza de que estás armada,

y cómo por ti sola
y por tu gran valor y hermosura,
convertida en vïola,
llora su desventura
el miserable amante en tu figura.

Hablo d'aquel cativo.
de quien tener se debe más cuidado,
que 'stá muriendo vivo,
al remo condenado,
en la concha de Venus amarrado.

Por ti, como solía,
del áspero caballo no corrige
la furia y gallardía,
ni con freno la rige,
ni con vivas espuelas ya l'aflige;

por ti con diestra mano
no revuelve la espada presurosa,
y en el dudoso llano
huye la polvorosa
palestra como sierpe ponzoñosa;

por ti, su blanda musa,
en lugar de la cítara sonante,
tristes querellas usa
que con llanto abundante
hace bañar el rostro del amante;

por ti el mayor amigo
l'es importuno, grave y enojoso:
yo puedo ser testigo,
que ya del peligroso
naufragio fui su puerto y su reposo,

y agora en tal manera
vence el dolor a la razón perdida
que ponzoñosa fiera
nunca fue aborrecida
tanto como yo dél, ni tan temida.

No fuiste tú engendrada
ni producida de la dura tierra;
no debe ser notada
que ingratamente yerra
quien todo el otro error de sí destierra.

Hágate temerosa
el caso de Anajárete, y cobarde,
que de ser desdeñosa
se arrepintió muy tarde,
y así su alma con su mármol arde.

Estábase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido,
cuando, abajo mirando,
del cuerpo muerto vido
del miserable amante allí tendido,

y al cuello el lazo atado
con que desenlazó de la cadena
el corazón cuitado,
y con su breve pena
compró la eterna punición ajena.

Sentió allí convertirse
en piedad amorosa el aspereza.
¡Oh tarde arrepentirse!
¡Oh última terneza!
¿Cómo te sucedió mayor dureza?

Los ojos s'enclavaron
en el tendido cuerpo que allí vieron;
los huesos se tornaron
más duros y crecieron
y en sí toda la carne convertieron;

las entrañas heladas
tornaron poco a poco en piedra dura:
por las venas cuitadas
la sangre su figura
iba desconociendo y su natura,

hasta que finalmente,
en duro mármol vuelta y transformada,
hizo de sí la gente
no tan maravillada
cuanto de aquella ingratitud vengada.

No quieras tú, señora,
de Némesis airada las saetas
probar, por Dios, agora;
baste que tus perfetas
obras y hermosura a los poetas

den inmortal materia,
sin que también en verso lamentable
celebren la miseria
de algún caso notable
que por ti pase, triste, miserable.

La considera baja porque el poema no está escrito en latín sino en castellano, porque no está dedicado a un tema “elevado” como el militar y porque además refleja el estado de ánimo del autor.

Hay toda una literatura sobre el poder de la música sobre las fieras.

Trajese

A pesar de la tilde (puesta para facilitar la comprensión) hay que hacer sinéresis para evitar la hipermetría.

Convertido

Se refiere a los capitanes españoles y los equipara, prácticamente, con Marte.

Hay que aspirar esta hache para evitar la hipometría. La aspiración era normal en la época.

Una referencia a su amigo, identificándolo con el cautivo Galeoto, condenado al remo. En este caso su amigo ha abandonado todo para concentrarse en el amor no correspondido

La concha de Venus tiene una carga sensual fácilmente interpretable.

Atención al uso de esta anáfora porque, en las siguientes estrofas, va a describir todo lo que su amigo ha abandonado por el amor a la dama.

Serpiente venenosa. Tradicionalmente se considera el amor como un veneno. Ya lo veremos en Góngora.

La exageración del pesar para convencer a la dama es aquí más que evidente.

Inoportuno

Ya ha dado muestras de buscar el aislamiento Calixto cuando se enamora de Melibea y esta lo rechaza. Es un lugar común la búsqueda de la soledad para penar por el rechazo amoroso.

Ya se ha nombrado al Galeoto como el castigado, en este caso, por amor; se añade ahora el naufragio para describir el rechazo amoroso.

Un elemento temporal que nos va a servir para estructurar el poema. El poeta se centra en el presente.

Elogiada. Lo utiliza con una perífrasis de obligación previa. El uso del adverbio ingratamente contribuye también a cambiar la voluntad de la dama.

Ya utiliza el imperativo y la comparación para lograr convencer a la dama.

De acuerdo con la mitología griega, Anaxáreta fue una doncella de Chipre que despreció el amor de Ifis, un pastor de la isla, incluso después de que éste se suicidase delante de su casa ahorcándose. Como castigo por su insensibilidad, los dioses convirtieron a Anaxáreta en estatua.

Procede de pedernal y hace referencia a la dureza de su sentimiento.

La conversión de un personaje, en este caso en estatua, ya la ha desarrollado Garcilaso en el soneto XIII

Los que asistieron a esta conversión se asombraron más por la ingratitud que por la propia conversión. Desde luego Garcilaso no deja apenas salida a la dama para que haga caso a su amigo.

Diosa de la venganza. La pobre dama sospecho que no sabría a qué atenerse ante estas alusiones.

El tono de advertencia es notable. La pobre Violante debió de quedar sobrecogida ante este poema. No sabemos si fue efectivo desde el punto de vista amoroso.

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