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Soneto IX

Comentario

Otra vez el autor insiste sobre el conflicto que la separación de la amada le genera. Por un lado, desea la muerte para acabar con el dolor y por otro, paradójicamente, la muerte supondría que no volvería a ver a la amada. No se sabe exactamente cuándo fue compuesto este poema ni si existe una separación real entre Garcilaso y su amada aunque se ha especulado con que se corresponde con el periodo en que Garcilaso estuvo desterrado en una isla del Danubio.

Señora mía, si de vos yo ausente

Señora mía, si de vos yo ausente                      
en esta vida duro y no me muero,                     
paréceme que ofendo a lo que os quiero,                      
y al bien de que gozaba en ser presente.                      

Tras éste, luego siento otro accidente,
que es ver que si de vida desespero,               
yo pierdo cuanto bien de vos espero,                
y así ando en lo que siento diferente.                

En esta diferencia mis sentidos             
están en vuestra ausencia y en porfía.
No sé ya qué hacerme en mal tamaño.            

Nunca entre sí los veo sino reñidos.                  
De tal arte pelean noche y día,              
que sólo se conciertan en mi daño.

Otra contrariedad, otro problema.

“Si de vida desespero”. Si pierdo la esperanza de vivir.

Tan grande.

“Solo se conciertan en mi daño”. Ambos sentimientos solo tienen en común que los dos le hacen daño.

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