Obra poética

Garcilaso es uno más de los casos de autores con una importancia fundamental en nuestra literatura y una obra escasa. Esta consta de tres églogas, dos elegías, una epístola, cinco canciones, treinta y ocho sonetos, y unas pocas composiciones breves a la manera tradicional. Escribió́ también tres odas en latín.

Las églogas

Las tres églogas, compuestas por el autor durante su estancia en Nápoles y consideradas lo mejor de su obra, no fueron escritas en el orden en que las conocemos.

En la Égloga primera, escrita, sin embargo, en segundo lugar, intervienen dos pastores: Salicio, y Nemoroso; el primero se siente rechazado por Galatea y el segundo, Nemoroso, llora la muerte de Elisa. Está generalmente asumido que ambos personajes son desdoblamientos del propio Garcilaso que los utiliza para describir dos momentos amorosos de una misma relación. Esta égloga -según Rafael Lapesa- constituye la cima poética de Garcilaso, no desde el punto de vista solamente técnico sino desde el punto de vista del sentimiento que se expresa con precisión y sinceridad y rompe definitivamente con las convenciones amorosas del amor cortés.

La Égloga segunda es más extensa y gira en torno al sentimiento amoroso del pastor Albanio tras el que, probablemente, se esconda la figura del Duque de Alba aunque no sea esta una identificación generalmente aceptada.

En la Égloga tercera, de gran perfección estilística, destaca sobre todo el tema mitológico: tres ninfas tejen en distintos tapices algunas escenas mitológicas relacionadas con amores mitológicos célebres, mientras una cuarta representa en un tapiz la muerte de una compañera, Elisa, que bien puede tratarse de Isabel Freire. Termina con la aparición de dos pastores que exaltan a sus respectivas amadas. Es un canto amebeo o alternado en que cada cual expresa su sentir; el poeta juega con los paralelismos y contrastes que se establecen entre ambos parlamentos.

Los sonetos

Los Sonetos, de una calidad desigual, giran en torno, generalmente, del amor y en ocasiones tienen una importante carga autobiográfica. Veremos varios en este documento.

Las elegías

Las dos elegías que escribió Garcilaso están influenciadas por otro género clásico: la epístola. En la primera, dedicada al duque de Alba, se destaca un tono fúnebre, dado que se compuso en honor de don Bernardino de Toledo, el hermano del duque, e insiste en aspectos morales. La segunda, dedicada a Boscán, tiene un carácter más satírico y espontáneo y reflexiona sobre un tema que también vemos en algunos sonetos: los efectos de la ausencia de la amada.

Las canciones.

La más famosa es la dirigida a La Flor de Gnido y que a menudo aparece denominada como oda V. Mario Galeota, amigo napolitano de Garcilaso, estaba enamorado de una dama y Garcilaso intervino con esta composición para lograr el interés de esta por su amigo.

En ella la mitología está especialmente presente y es la obra en la que por primera vez se utiliza la lira (recordemos el primer verso “Si de mi baja lira…”) tan utilizada después por los autores religiosos de la segunda parte del renacimiento español.