Cantando la cigarra
pasó el verano entero
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo: «Doña hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme,
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo».
La codiciosa hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?».
«Yo», dijo la cigarra,
«a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento».
«¡Hola! ¿con que cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo».
Félix María Samaniego, Libro I. Fábula II
Autor del audio: Víctor Villoria
Música procedente de Jamendo, Torley on piano

Frases hechas 001

Localiza tildes.

La lengua y los hablantes. Variedades lingüísticas

La novela realista y la poesía simbolista en Europa.

Góngora. La dulce boca que a gustar convida

Samaniego. La cigarra y la hormiga

Tildes. Frankenstein

Literatura romántica

Bartolomé Argensola. A una mujer que se afeitaba…

Eduardo Mendoza. La ciudad de los prodigios.

Frases literarias 001.
